El Bernabéu respiró aliviado tras el gol del alemán en un partido de máxima tensión
Rudiger se enfundó la capa de héroe desde el banquillo, ayudando a apuntalar una defensa que falló durante el tiempo complementario, pero también dando una mano a los delanteros incorporándose en las jugadas a balón parado. Con poco menos de media hora en el campo, el ex del Chelsea resolvió una eliminatoria que parecía resolverse en la tanda de penaltis. El Bernabéu fue testigo tanto de lo mejor como de lo peor del Real Madrid esta temporada. Los constantes problemas en defensa sobre todo en el lateral izquierdo, así como los centros laterales, fueron expuestos por el tridente donostiarra que fueron dolores de cabeza para Lunin, Camavinga y Alaba, que no tuvieron su noche.
En la portería del Madrid, Courtois queda fuera de la convocatoria por segunda vez de forma consecutiva, el belga sigue siendo baja por unas molestias sufridas tras volver del parón FIFA con Bélgica. Camavinga partió como lateral izquierdo. Valverde estuvo en el doble pivote, por lo que Lucas Vázquez hizo de lateral derecho. Y en la punta de ataque, Ancelotti le dio protagonismo a Endrick. En la Real, Aguerd fue de la partida en defensa al igual que Oyarzabal en ataque, ambos jugadores parecen haber superado sus respectivas molestias. El acompañante de Zubimendi y Marin en el centro del campo fue Susic en detrimento de Olasagasti.
El partido empezó a subir en intensidad a medida que pasaron los minutos, el acecho blanco indicaba, como de costumbre, que el Madrid llevaría el tempo del partido. Con tan solo un tiro de la Real en 14 minutos y casi sin demostrar oposición alguna en ataque, Barrenetxea abrió el marcador con un cambio de frente que el Madrid no consiguió abortar. La Real se mantuvo fiel a presionar arriba y ser intenso en la recuperación. Los blancos entonces arriesgaban a jugar en largo, la mayoría de las veces sin éxito, hasta que Vinicius asisitó con el exterior a Endrick a la espalda de la defensa txuri-urdin.
En la segunda parte, el guion de partido se mantuvo, pero el Madrid perdió lucidez atrás, Camavinga no tuvo su noche como lateral, su entrada a Kubo en el añadido fue la señal del mal partido del francés. Los goles de la Real llegaron todos por ese costado que tan bien explotaron durante el encuentro. El final de la contienda fue una locura, un correcalles de los que gustan, de la casi eliminación del Madrid a la casi eliminación de los de Imanol y de ahí a la prórroga. Con la VBM en cancha, el Madrid no hizo prisioneros. En la prórroga Ancelotti dio entrada a Fran y suturó la brecha en el lateral izquierdo. Los blancos sobrevivieron al tú a tú con la Real gracias a los centros de córner de Guler y la contundencia de Tchouaméni y Rudiger.