Los nerazzurri vuelven a una final 15 años después mientras que los parisinos buscarán revancha de la final del 2020
Inter 4 – 3 Barça (7- 6)
El duelo vivido en el Giuseppe Meazza fue sin duda una de las mejores semifinales en la historia de la Champions League. El 7-6 global de anoche iguala el resultado de la eliminatoria entre Liverpool (7) y Roma (6) en la temporada 17-18 como la semifinal con más goles en la historia de la competición. Palabras mayores.
El Inter llegaba el partido sin Pavard, en la línea de tres y con Lautaro entre algodones para el partido. Inzaghi ya avisaba en la previa que Lamine Yamal tendría una “doble marca y una atención diferente”. Eso sí, delante de su público y con el marcador en tablas, los interistas creyeron en sus posibilidades. Por su parte, el Barça se presentó sin sus laterales titulares, con Eric García por derecha y Gerard Martín por izquierda. En ataque, Lewandowski fue suplente al acabar de superar una lesión.
Con un encuentro de alto ritmo, presión, lucha y entrega se vivieron 120 minutos de constantes emociones. Como en Montjuic, el Inter se impuso en la primera parte, la presión hombre al hombre sumado a los balones directos a los Thuram, Lautaro y Dumfries, demolieron a la defensa culé que en la primera parte se vío 2-0 abajo. En contraste con la segunda mitad, los de Flick arrollaron a los nerazzurri, que, se sostuvieron gracias a la colosal actuación de Yann Sommer bajo palos, parando remates de todo tipo a Eric García y, sobre todo, a Lamine Yamal. Dani Olmo, se redimió de su error siendo decisivo en la salida de balón, en los envíos en largo a Raphinha y Lamine, además de anotar el segundo gol blaugrana.
El arma de doble filo del Barça
Con el Inter en la lona y el Barça volcado, fue turno de los barquillos, Araujo sustituyó a Iñígo Martínez, los de Flick cerraron con 3 atrás. Taremi y Darmian sustituyeron a un Lautaro que físicamente no daba para más al jugar lesionado, y a Bisseck. Al 79’, Inzaghi refrescó a su centro del campo con Frattesi y Zielinski por unos exhaustos Calhanoglu y Mkhitaryan.
El Barcelona logró mediante un doble remate de Raphinha dar la ventaja a los españoles, todo parecía sentenciado, el Inter sufría defendiendo y no conseguía aguantar una pelota y provocar una contra. No obstante, al 93’ con la línea adelantada del Barça, Thuram consiguió fijar a Araujo, aguantó el balón y se lo dio a Dumfries quien llegó a línea de fondo, puso el centro y conectó con un Acerbi que hizo de nueve, empató la eliminatoria, desatando la locura en el Meazza.
Frattesi ‘Supersub’
La intrahistoria de Frattesi en esta Champions es la que ha permitido al Inter regresar a una final europea 15 años después. En el Allianz Arena — donde curiosamente el Inter volverá a jugar esta temporada la final de la Champions — el centrocampista marcó el 1-2 frente al Bayern en la ida, también saliendo desde el banquillo, y dando la ventaja para la vuelta — 2 a 2, 4-3 en en global —. Más allá de los goles, el despliegue físico, las ayudas defensivas por banda y sus irrupciones en segunda línea han devuelto la vida a su equipo en los escenarios más críticos ante los rivales más férreos. Así es como en el 98’, Frattesi con su intucición para estar en el momento correcto, marcó el cuarto y definitivo gol. Fue la segunda anotación del italiano en lo que va de Champions ¿Qué le deparará el destino el 31 de mayo a Frattesi?
PSG 2 – 1 Arsenal (3- 1)
En el Parque de los Príncipes el PSG en un ejercicio de equipo competitivo en la Champions poca veces visto, los de Luis Enrique resistieron la presión ejercida por los de Mikel Arteta. Fue un partido correoso, de sacrificio, de bajar al barro. Con Donnaruma volviendo a ser protagonista desde el inicio, los gunners no materializaron sus ocasiones. El palo de Kvaratshkelia avisó, el PSG por más ahogado que se sintiera, sus atacantes, con el balón en los pies, y con espacio por delante, iba a ser letal. Y vaya si lo fue. Los de Luis Enrique estuvieron al completo prácticamente salvo la baja de Kimpembe. Por parte de los de Arteta, sin delanteros — Gabriel Jesús y Havertz —, y su mejor central, Gabriel Magalhaes, además de la ausencia de Tomiyasu.
El PSG brilló contra todo pronóstico
Con una acción idéntica a la acción de Ødegaard, Fabián Ruiz cazó un rechacé en la frontal y puso un para nada esperado 1-0. Raya luego salvaría un fortísimo remate al primer palo de Barcola, manteniendo solo un tanto de distancia. En la segunda parte, Raya y Donnaruma se robaron el show con una serie de paradas dignas de una galeria de arte. El español atajando un penalti a Vitinha — el primero fallado por el portugúes en su carrera — y el italiano surcando los cielos así como las catacumbas de París.
En la segunda parte el Arsenal fue perdiendo peso y presencia en ataque, el PSG fue encerrando a los de Arteta, que solo pudieron recurrir al juego directo mediante Saka y Trossard para hacer el gol del honor. Eso sí, el conato de remontada se diluyó con un balón en el área que el inglés envió por encima del larguero a la salida del guardameta italiano. Cuatro minutos antes, y con Dembélé como revulsivo en el campo, el francés puso un pase a Hakimi que el marroquí, en posición de nueve, controló y mandó al fondo de la red.
Con un Luis Enrique reconociendo en rueda de prensa la notoria y apabullante superioridad de los londinenses, el técnico asturiano se mostró satisfecho por el trabajo de su equipo, la capacidad para trabajar, aprovechar y convertir las ocasiones. También tuvo palabras para Donnaruma, “Como vas a ganar si no tienes un gran portero, grandes defensores, 11 jugadores a full”. Sin duda Gigio, se ha redimido en las dos últimas ediciones de la Champions, portero clave en las eliminatorias con paradas de todos los registros, agrandándose en las tandas de penaltis y teniendo una confianza en sí mismo que incluso le ha pasado factura durante su carrera.
Han sido unas semifinales con un tinte italiano, eso está más que claro, en Múnich, PSG e Inter cruzarán por primera vez sus caminos en competición oficial. Final inédita para unas semifinales inéditas.