Mbappé celebrando uno de sus goles frente al Celta de Vigo_ Susana Vera _ ReutersMbappé celebrando uno de sus goles frente al Celta de Vigo_ Susana Vera _ Reuters

El turco y el francés brillaron en una tarde donde Courtois también fue protagonista

En el Bernabéu se gestó el tándem Guler-Mbappé, donde su entendimiento en el campo, produjo las acciones que pusieron el 3-0 parcial. No hay que restarle mérito a un inmenso Courtois en la primera parte, sacando varias acciones de valor gol con esa estirada en el aire tan suya. Los de Giraldez produjeron peligro a la espalda de la defensa madridista, aunque fueron contrasrrestados por el meta belga, Asencio y Tchouaméni que abortaron la mayoría de peligro. Con la entrada de Iago Aspas, el Celta apretó hasta los últimos minutos a un Madrid que perdió contundencia en defensa. 

El Madrid salió con 4-4-2, con Tchouaméni de central, Fran y Lucas como laterales, Valverde en el centro del campo, Bellingham por la izquierda y Vinícius junto a Mbappé en doble punta. Por parte del Celta, Giráldez saltó con el habitual 3-4-2-1, Yoel Lago reemplazó al lesionado Starfelt en la zaga, Carreira inició como el carrilero por la derecha y Hugo Sotelo acompañó a Fran Beltrán en el medio campo. 

El Madrid con el paso de los minutos empezó a perder claridad en la frontal, fue por las bandas o a la espalda de la defensa que Guaita ganó más protagonismo, ya sea cortando centros laterales o córners. Courtois también fue desafiado, sacando la mano en varias contras y centros del Celta. Incluso de una de sus manos nació el gol de Mbappé y el segundo del Madrid. Fueron las acciones individuales las que marcaron el destino del partido. El balón parado fue una vez más clave para los blancos, tanto en lo ofensivo, como el debe, a nivel defensivo, sobre exigiendo al portero belga, siendo este también decisivo.
Con el 3-0 el Madrid levantó el pie del acelerador, las virtudes de la primera parte con el balón parado le costaron caro con el gol de Pablo Durán. El que parecía el gol del honor se transformó en una remontada con la entrada de Iago Aspas al 74’. El pie del capitán hizo notar las falencias de la línea defensiva del Madrid con un Jacobo Ramón que perdió la posición al defender hacia delante en varias ocasiones. En el último cuarto, un inmenso Courtois sostuvo a los blancos. En los minutos finales, el Madrid defendió por acumulación ante un Celta que supuso peligro tanto en ataque posicional como en las transiciones. 

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