Festejo de Bellingham en Mestalla tras marcar el 1-2. Fuente:Quality Sport Images/Getty Images.Festejo de Bellingham en Mestalla tras marcar el 1-2. Fuente:Quality Sport Images/Getty Images.

Jugando con 10 desde el 79’ los de Ancelotti le dieron la vuelta al marcador en diez minutos para ganar al 95’

La buena primera parte del Valencia y la pésima actuación defensiva del Madrid que se quedó con 10 y sin su mejor hombre, hacía pensar que la victoria sería para los locales. No fue hasta la entrada de Modrić a raíz de la expulsión de Vinícius Jr, que el Madrid remontó. Teniendo en cuenta que a Mbappé le anularon un gol por fuera de juego, Bellingham falló un penalti y que lo único que funcionó fue la presión en dos jugadas aisladas en 99 minutos, el madridismo festeja aliviado.  

Carlos Corberán debutó en el banquillo ché tras el pago de la cláusula de salida por valor de más de 2 millones de euros al West Bromwich Albion. Corberán apostó por la presión alta, y el cierre de las líneas de pase. Por parte del Madrid, Ancelotti saltó con su once tipo, con la particularidad de la cantidad de minutos que está gozando Ceballos, sobre todo, desde diciembre, siendo titular en cuatro de los últimos siete partidos. 

Se sabía que este partido estaba de por sí condicionado por la DANA, pero es que hubo cánticos hacia Vinicius por el balón de oro, la carga policial contra la manifestación de Libertad Valencia CF por la gestión de Peter Lim junto a la entrada de dichos aficionados a la grada vacía de Mestalla después del minuto 19. Y sumado a todo lo anterior, el manotazo de Vinicius a Dimitrievski que llevó a la expulsión del brasileño y los aplausos al unísono de Mestalla

El empujón anímico del equipo local se reflejó durante toda la primera parte, Courtois volvió a hacerse gigante teniendo que intervenir hasta en cuatro ocasiones evitando la caída de su portería hasta el gol de Duro al 27’. Los de Ancelotti probaron desde fuera del área de manera rebuscada. Ya en la segunda parte, lo intentaba con mucha impotencia y tirando de la VMB por izquierda, mientras fallaba con estrépito ante un Valencia organizado. El italiano logró darle al interruptor para cambiar la actitud de sus dirigidos. Con el 1-0 y la expulsión de Vinicius, todo parecía que estaba definido. Con los ánimos en ebullición, una triangulación en la frontal Modrić empató a uno. La única acción colectiva exitosa del equipo visitante. 

El asedio blanco sobre los diez minutos finales redujeron a un Valencia que terminó pidiendo la hora, fruto del nerviosismo y el éxtasis de lo que iba a ser, el resultado final fue otro mazazo de realidad para los valencianistas. El pase de Foulquier que comprometió a Guillamón y produjo el 1-2 devolvió la desilusión a Mestalla, la afición se relamía en una noche que pintaba a un escenario idílico, pero las caras largas junto a algunas lágrimas en las gradas hablan del dolor que está suponiendo luchar por no descender. 

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